Peter Moore, quien fue liberado ayer por un grupo extremista iraquí tras, relató su vida como rehén durante sus dos años de reclusión.
Comentó que a pesar de ser capturado junto a sus cuatro guardaespaldas, fueron separados desde el inicio.
Durante la primera parte del secuestro fue tratado duramente, pero a medida que pasaba el tiempo, las cosas se hacían más tolerables.
A partir de junio de 2009, hubo un cambio radical en su reclusión, pues fue sometido a un tipo de «arresto domiciliario», en el que tenía acceso a las comodidades de una casa regular.
Además, al británico se le permitió acceso a televisión satelital, un computador sin internet e incluso una consola Playstation.
No así los guardias, quienes antes de ser ejecutados fueron tratados como personal militar, mientras que Moore obtuvo el trato como un civil.
Rumores indican que su estadía fue en Irán, aunque esto fue desmentido por el gobierno de dicho país.