Se sabía que la mano venía dura luego de que miles de rumanos se manifestaron el miércoles pasado contra las medidas impuestas por el ministro Emil de Boc para afrontar la crisis.
Rumania es, junto a España e Irlanda, el país más afectado por la recesión, por lo que no sorprendió que cerca de 15 mil personas acudieran al acto convocado por las principales centrales sindicales, que reclamaban un aumento del salario mínimo, además de mayor protección social.
Con la población desencantada con el manejo del Gobierno de centro derecha rumano, el Parlamento de Bucarest aprobó por 258 votos a favor y 176 en contra una moción de censura contra el Ejecutivo.
Dicho resultado supone la caída del Gobierno, tras sólo diez meses en el poder, por lo que el primer ministro y líder del Partido Liberal, Emil de Boc, deberá dar un paso al costado.