Una larga cumbre televisada en Washington sobre la reforma a la salud y presidida por Barack Obama, terminó sin lograr un acuerdo entre ambas partes que le permitiera avanzar al proyecto de ley.
Obama destacó los beneficios de su reforma, pero los republicanos dijeron que no era aceptable y pidieron que se comenzara de cero.
El Presidente y sus aliados quieren expandir la cobertura de salud para que incluya a millones de estadounidenses sin previsión.
El senador republicano Mitch McConnell dijo haberse sentido «desilusionado» por el resultado del encuentro, al integrar una minoría de su partido que apoya la reforma.
Dijo que estaba «bastante claro» que Obama y los demócratas querían revivir el proyecto a la salud que intentaron aprobar en diciembre y que está congelado en el Congreso.
Agregó que dudaba que vaya a surgir el apoyo republicano para aprobarla.