Estados Unidos y sus aliados solicitaron a Irán que concuerde sus acciones con sus palabras tras sus declaraciones de aceptar un trato para intercambiar uranio enriquecido por combustible nuclear.
El Presidente Mahmoud Ahmadinejad dijo que no tenía problema si el uranio era retenido por meses, mientras que fuera devuelto como barras de combustible.
Estados Unidos dijo que si era una oferta real, estaba preparado para escucharla.
El ministro de Relaciones Exteriores alemán dijo que sólo valían las acciones para demostrar la nueva postura.
Su contraparte francés dijo estar perplejo de el cambio de opinión de Ahmadinejad.
Sin embargo, poco después de las declaraciones del Presidente iraní, la televisión estatal anunció el lanzamiento de un cohete satelital que cargaba una «capsula experimental».
Un vocero de la Casa Blanca calificó este hecho como un acto de provocación, pero que «el Presidente cree que no es muy tarde para que Irán haga lo correcto: negociar con la comunidad internacional y responder ante sus obligaciones como país».