El Presidente Barack Obama anunció su determinación de ver al Dalai Lama a pesar de las advertencias del gobierno chino de evitar tal encuentro.
Durante una reunión en 2009, Obama informó a los líderes chinos que eventualmente se reuniría con el líder espiritual tibetano.
Ante esta iniciativa, fue advertido que las relaciones entre Pekín y Washington serían dañadas de seguir con su plan.
Bill Burton, vocero de la Casa Blanca, dijo que su presidente vería al Lama en su calidad de «personalidad respetada internacionalmente como líder cultural y espiritual».
Las relaciones entre China y Estados Unidos ya se han visto afectadas últimamente por conflictos comerciales, ventas de armas y en torno a la censura de internet.
China, que se apoderó de Tibet en 1950, considera al Dalai Lama un separatista e intenta aislarlo al solicitar a otros países que no se reúnan con él.