Miles de personas se reunieron en Beirut, capital de Líbano, para recordar la muerte de su ex Primer Ministro Rafik Hariri, a cinco años de su deceso.
Estuvo en campaña en contra de la intervención siria en el Líbano cuando una explosión le quito la vida, junto a 21 personas más.
Las protestas públicas obligaron a los sirios a retirar sus tropas tras 29 años de ocupación.
El hijo de Hariri, Saad, quien los acusó de matarlo, es ahora el Primer Ministro, liderando un gobierno que incluye grupos pro-Siria.
Habló a las multitudes en la Plaza de los Mártires, narrando el legado que dejó Rafik Hariri e instando a la ONU para establecer un tribunal que investigue su asesinato.
También defendió su reciente decisión de visitar al Presidente Bashar Assad a Siria, planteando que desea mantener la ventana de las negociaciones abiertas entre dos estados libres e independientes.