Emprendedores de Santa Bárbara y Coronel dieron un giro para sobrevivir y enfrentar la crisis del coronavirus

Ante las considerables bajas en sus ventas ocasionadas por el distanciamiento físico generado por el COVID-19, estas pymes estaban al borde de desaparecer, ante lo cual se re-orientaron en la confección de mascarillas para mantenerse a flote.

Desde el Ministerio de Hacienda informaron la semana pasada que, hasta ahora, se han otorgado más de 40 mil créditos Covid-19 Fogape, de los cuales 96% han sido para pequeñas y medianas empresas. A su vez, este martes, el Ministerio de Economía anunció nuevos subsidios que beneficiarán a más de cuatro mil de estas pymes.

Pese a lo anterior, hay algunas de ellas que la crisis derivada del coronavirus las ha afectado a un punto casi de no retorno, pero el reinventarse con el apoyo adecuado es clave para salir a adelante. Entre los casos, hay emprendedores quienes se adaptaron gracias a la ayuda del Centro de Emprendimiento Colbún (CEC).

Nieves Romero, dueña del “Taller de Corte y Confección”, ubicado en el centro de Coronel. Habitualmente se dedicaba a realizar uniformes y ropa deportiva para colegios, tarea que ha llevado a cabo por 20 años, hasta que tuvo que cerrar porque los colegios están sin clases y ya no hubo clientes “Mi hijo se quedó sin pega y a él se le ocurrió la idea de hacer mascarillas. Primero hicimos 300 que las regalamos al consultorio de acá de un material que yo tenía”. Sin embargo, recibió un llamado de Colbún para realizar 4.000.

“El pedido de Colbún nos vino súper bien, porque nos habíamos quedado sin plata por el cierre del negocio y con esto pudimos comprar remedios, pagar las cuentas de la casa como luz y agua, porque somos una familia grande”, cuenta.

Afirma que está acostumbrada a trabajar en cadena, tarea que ahora realiza en familia: su hijo corta la tela, la nuera hace pinzas, ella pone los elásticos y sella las mascarillas y su esposo las revisa. Si bien señala que, por ahora, no están vendiendo porque les da miedo tener contacto con la gente y contagiarse, confiesa que espera que llegue otro pedido grande para ponerse a trabajar.

Otro caso llamativo es el de Salvador Palafox. Originario de Ciudad de México, llegó a Chile hace 12 años, de los cuales lleva siete en Coronel, donde vive con su esposa y tres hijos.

Este azteca avecindado en nuestro país, es propietario de “Creaciones Palafox“, una fábrica ropa y accesorios para motoqueros que armó en su casa. Como muchos emprendedores, sus malos días comenzaron tras el estallido social de octubre y con la pandemia terminó casi por cerrar.  “Yo vivo al día a día con mi negocio y mi condición económica no es muy buena”, expresa.

Pero una de las características de todo emprendedor es saber amoldarse a los tiempos y cuenta que comenzó la fabricación de mascarillas antes que llegara el coronavirus a Chile, cuando declararon la enfermedad como pandemia mundial. “Yo siempre estoy pensando a futuro y sabía que las mascarillas iban a ser un elemento de primera necesidad para las personas, era solo cosa de mirar a los otros países”, afirma.

En ese sentido, confiesa que “no sé qué sería de mí sin las mascarillas porque de tener ocho pedidos de ropa por mes pasé a tener solo uno”. Actualmente le vende a librerías y tiendas en Coronel que son clientes fijos y que le hacen encargos por semana, lo que “me permite estar al 100% en mi casa trabajando en esto para mantener a mi familia”. E incluso, ha sido capaz de crear empleo, porque contrató dos costureras que hacen 50 unidades al día, lo que más su propio trabajo, hace que su capacidad de producción diaria sea de 150.

Al respecto, Vanessa Verdugo directora del Centro de Emprendimiento Colbún de Santa Bárbara indica “cuando vimos el alcance y efecto que el coronavirus podía provocar en los emprendedores de la región, inmediatamente desarrollamos una serie de contenidos prácticos para que ellos pudieran digitalizar sus negocios lo más rápido posible -sobretodo quienes estaban más alejados de la tecnología-, a la vez de realizar seguimientos personalizados con cada uno”.

En este sentido, “dependiendo de lo que estuvieran realizando originalmente los negocios, fuimos conversando con ellos, para determinar dónde necesitaban más ayuda y a la vez revisar qué nuevo producto -que pudiera ser vendido en la actualidad- pudieran comenzar a desarrollar sin mucha demora o grandes costos”, añade Verdugo.

Por lo pronto, entre los emprendedores y micro & pequeñas empresas de región del BíoBío, pueden acceder al sitio web de los centros de emprendimiento Colbún (https://cecolbun.cl) por si requieren ayuda para enfrentar la actual pandemia del COVID-19

Prensa

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