Nuevamente los peregrinos chiítas fueron blancos de ataques con bombas, al explotar dos en la ciudad pakistaní de Karachi, muriendo 22 e hiriendo a unos cincuenta.
En la primera detonación, una motocicleta con explosivos chocó con bus que llevaba a musulmanes chiítas a una procesión religiosa, pereciendo doce personas.
Una hora después, otra bomba explotó afuera de un hospital donde estaban tratando a las víctimas del primer ataque, falleciendo otras diez.
Hace 40 días, durante el último gran festival chiíta, un suicida mató a 25 personas en Karachi.
Estas celebraciones marcan el final del festival religioso de Arbaeen, siendo el último día el más importante pues representa la muerte del nieto del profeta Mahoma.
Por otra parte, en Irak han muerto 30 personas durante las mismas ceremonias en la ciudad de Karbala.