Los magos chilenos desean batir un récord mundial, nada menos que levitando en pleno Paseo Ahumada, en la capital.
Los ilusionistas deben superar los 200 minutos suspendidos en el aire, donde se encuentran a una altura de 7 metros, solamente apoyados con la palma de sus manos en un pilar octogonal.
Jean Paul Olhaberry y Nicolás Luisetti sorprenden a los más de dos mil transeuntes del paseo, de una manera bastante insólita, desafiando todo tipo de leyes físicas y matemáticas.
Por su parte, los magos se dieron a conocer en Chile, tras actuar en el Festival de Viña y realizando espectaculares performances en La Moneda y otros centros artísticos.
Mientras tanto, las personas que transitan la calle peatonal, argumentan que están suspendidos en cables invisibles, cosa imposible. La tesis que más tiene adeptos, es que mediante un fierro adosado al pilar y a sus trajes, se sostiene su peso, generando el efecto óptico que los hace flotar en el aire.