Conrad Murray, el médico privado de Michael Jackson, es el único sospechoso en la investigación de la muerte del cantante.
El motivo principal es que se le investiga de haber ayudado al artista a conseguir recetas de medicamentos que habrían causado su muerte.
Horas antes de la muerte de Jackson, Murray habría suministrado el anestésico Propofol. También se investiga la declaración de la cocinera del cantante quien señaló que Murray siempre le preparaba el desayuno al cantante.
Murray fue empleado por el artista en mayo. El día de su muerte, intentó revivirlo, pero sin éxito.