Cuando se habla de remate se piensa en algo que te quitó el banco o que está quizá en qué condiciones para su venta.
Sin embargo, y debido a la pandemia y al estallido social, también han empezado a crecer otro tipo de remates: lo que se realizan de manera voluntaria para “licuar” activos, a buen precio, sobre todo en estos tiempos tan difíciles.
¿Cómo?
Es que o por herencias o por falta de ingresos, hay muchas personas que por estos días están mirando sus bienes raíces para buscar conseguir recursos frescos que les permitan seguir funcionando en este escenario, o previendo la inmovilidad que podría tener el mercadeo los bienes raíces en los próximos meses y quizá años.
Y ahí aparecen los remates voluntarios, que se dedican a subastar propiedades de particulares y particiones que son voluntarias, es decir, “los dueños de dichas propiedades nos encargan la venta a través de una licitación remate no forzada ,como es el caso de los remates judiciales por deudas morosas”, explica Dorian Valdés, gerente legal de VendaYa.cl.
Mejores precios
¿Cuál es la diferencia? Bueno, por un lado los remates son voluntarios y, por otro, explica el martillero Mario Salamé, acá el precio mínimo no se establece solo por la tasación y la deuda de la persona, sino que de lo que quiera lograr el dueño de la propiedad, y con la ventaja de que ahí se fija el mínimo y se vende muy rápido.
Claro, la ventaja es que a través de un remate, la propiedad se vende muy rápidamente, y no pasas por el engorroso proceso de publicar la propiedad, negociarla durante meses y tomar todo el proceso bancario.
Acá se remata y se vende. De una sola vez.