Diplomáticos occidentales han planteado su preocupación ante el decreto del Presidente afgano Hamid Karzai que le otorga un control total sobre una institución clave de las elecciones.
La iniciativa le da el poder de elegir a los cincos miembros que conforman la Comisión de Quejas Electorales de Afganistán.
Esta institución ayudó a exponer un fraude masivo en las votaciones presidenciales del año pasado, lo que forzó a Karzai a una segunda ronda.
Eventualmente fue reconocido como vencedor en agosto, tras meses de investigaciones sobre un posible fraude, que paralizaron al país y entorpecieron el arribo de tropas norteamericanas para combatir a los rebeldes talibanes.
El decreto fue anunciado por el Presidente durante una sesión el sábado, en la que aseguró que así se limitaría la intervención de gente ajena al país.
Al parecer, el representante afgano de la ONU Kai Ede, logrará al menos asegurar un acuerdo en que dos de los cincos miembros sean extranjeros. Sin embargo, esto no se hizo presente en el reciente decreto.
La comisión, que previamente tenía a tres expertos extranjeros designados por la ONU, tendrá un rol importante en las elecciones parlamentarias de este año.