Daños a la infraestructura y cuellos de botella han entorpecido los intentos de ayuda en Haití, tras el terremoto que dejó al menos a unos 45 mil muertos.
Según corresponsales, la ayuda humanitaria no se ha visto mucho más allá del aeropuerto de Port-au-Prince, aumentando la ira de los supervivientes.
Varios pasan su tercera noche a la intemperie, en la arruinada capital.
Un avión de carga estadounidense debería llegar hoy a la costa del país para ayudar a coordinar la movilización de la ayuda.
El Presidente Barack Obama dijo que su país no ayudará en todo lo posible, pero que se debe tener paciencia, pues tomará tiempo ayudar a tantas personas.
Pero los periodistas dicen que los aportes que se han logrado en el corto plazo son mínimos, ante la falta de coordinación.
Además, muchos aviones se vieron en espera para ayudar, al quedar las pistas de aterrizaje en mal estado, situación que también ocurrió con muchas carreteras, las cuales están cubiertas de escombros.
Al parecer, muchos supervivientes ahora mueren ante la necesidad de medicinas, comida y agua, requerimientos escasos en uno de los países más pobres del mundo.
Los cuerpos debieron ser apilados en las calles y movidos con maquinarias, causando un gran índice de frustración y rabia entre los haitianos.