Un nuevo incidente con tintes terroristas dejó al menos noventa muertos en Afganistán, tras la explosión de dos camiones cisterna, aunque la versión extra oficial habla de no menos de 300 personas fallecidas.
Los vehículos eran robados y transportaban a milicianos talibanes a través de la provincia de Kunduz.
La explosión de los camiones se produjo en momentos en que los insurgentes talibanes repartían gasolina entre la población.
De acuerdo a versiones preliminares, la detonación se produjo luego de que aviones militares dispararan contra los vehículos, provocando la muerte instantánea de terroristas y pobladores.