El feminismo será antirracista o no será

La coincidencia de una fecha y el camino hacia un feminismo antirracista en Chile

En Chile, el día en que se conmemora a la Mujer Afrolatinoamericana, Afrocaribeña y de la Diáspora coincidía con la realización de la Marcha por el Aborto Libre. Que ambas luchas de los feminismos (decimos feminismos, porque esta situación deja en evidencia que el feminismo y el feminismo antirracista han ido por sendas distintas) se conmemoraran el 25 de julio en este territorio era solo coincidencia. Aunque, por un lado, esta conjunción podría leerse como mero desconocimiento, por otro, abría espacios para el diálogo, el aprendizaje y la práctica antirracista.

Por tales razones, en el año 2020 se establecen acuerdos para cambiar la fecha de la Marcha por el Aborto Libre para el 30 de julio. Situación a la que se llega luego que distintas organizaciones de mujeres afrodescendientes: Aluna Tambó, Colectiva Luanda, Microsesiones Negras, Negrocentricxs, y la Red de Mujeres Afrodiaspóricas sugirieran el cambio de fecha a las organizaciones que componen la Coordinadora Feministas en Lucha, sosteniendo que el 25 de julio es el único día para conmemorar a las Mujeres Afrodescendientes, reconocer nuestros aportes y visibilizar nuestras demandas.

Para comprender el acuerdo y la coincidencia de dos legítimas luchas en un mismo día es necesario hacer un recuento de los hechos. En 1992, se realizó en República Dominicana el primer Encuentro de Mujeres Negras y se conformó la Red de Mujeres Afrolatinoamericanas, Afrocaribeñas y de la Diáspora, compuesta por personas de más de 28 países, entre ellos Chile. Porque sí, en este país hay, ha habido y habrá personas afrodescendientes. En el encuentro, también se declaró el 25 de julio como el día antes señalado con el objetivo de reivindicar los Derechos Humanos vulnerados de las Mujeres Negras. Ahora bien, que este hecho se desconozca va estrechamente ligado a la estrategia estatal y su evidente estructura racista que intenta ocultar y negar la historia de les africanes esclavizades y sus descendientes en este territorio, para así promover una composición nacional blanca y europea de la población (en las mentes, ya que las corporalidades gritan su ancestralidad).

En 2013 en Santiago de Chile, desconociendo el hecho anterior, varias feministas se organizaron y convocaron a la primera marcha por el aborto libre desde el retorno a la democracia, tras conocer la violación y el posterior embarazo de Belén una niña de 11 años. La manifestación, realizada el 25 de julio, reunió a más de 10.000 personas y terminó con la emblemática irrupción a la catedral de Santiago, donde se desarrollaba una misa presidida por el cardenal Ezzati y la alcaldesa Carolina Tohá en honor al patrono de la ciudad de Santiago. La selección de la fecha fue fortuita y no tuvo la intención de invisibilizar el día que se conmemora en el resto de América Latina, según indican las organizaciones de la Coordinadora Feministas en Lucha, responsables de convocar e instalar en el escenario nacional la manifestación por el aborto libre.

El 2019, conociendo ambos hechos, y luego que se incorporaran a la Coordinadora Feministas en Lucha, Microsesiones Negras y Negrocentricxs, ambas colectivas de mujeres afrodescendientes (chilenas y migrantes) se conmemoró por primera vez en la capital, la unión de ambas luchas y se le denominó Marcha Antirracista por el Aborto Libre. Con ello se visibilizó el día internacional de la mujer Afrolatinoamericana, Afrocaribeña y de la Diáspora y al mismo tiempo se reconocieron y respetaron las luchas de las mujeres afrodescendientes en Chile. Sin embargo, es importante recordar que desde el 2014 en Arica, las distintas colectivas de mujeres afrodescendientes han conmemorado el día, hecho que ha sido invisibilizado por la centralización nacional. Sumado a lo anterior, desde el 2017 se ha conmemorado el día Internacional de las Mujeres Afrodescendientes en distintas partes del territorio: Iquique, Copiapó, Valparaíso y Concepción, haciendo visible un movimiento nacional.

El 2019 es un año clave para las y los afrodescendientes en Chile. La enorme lucha de la comunidad afro-ariqueña, principalmente de las mujeres, logró el reconocimiento legal del pueblo afrodescendiente chileno a través de la ley 21.151. Esta legislación reconoce la presencia del pueblo tribal afrodescendiente dentro del territorio nacional, promoviendo la identidad cultural, la historia y cosmovisión, permitiendo entre otras cosas, incorporar al programa de estudios la historia y la cultura de les afrodescendientes en todos los niveles de la enseñanza.

Pero antes de intervenir el currículo educativo, las mujeres afrodescendientes organizadas, sacamos de la invisibilización, una vez más, nuestras demandas. Para nosotras que el 2020 se haya acordado respetar en Chile el día internacional de la Mujer Afrolatinoamericana, Afrocaribeña y de la Diáspora es una muestra de nuestra resistencia como mujeres negras y es otro hecho histórico que se suma a los anteriores. Al fin, la conmemoración ocupa el espacio ganado hace 28 años.

Estamos alegres y motivadas, por el acuerdo a respetar nuestra fecha y, a la vez consternadas y preocupadas, pues lamentablemente las vidas de las personas negras en este territorio siguen perdiéndose y los medios, que lamentablemente manipulan las emociones de las personas, han estado ausentes. Porque nuestres hermanes de Haití que han fallecido a causa del racismo estructural que alcanza lo cotidiano, no son pocos y solo nosotras nos hemos mantenido firmes en la labor de visibilizar estos hechos y brindar ayuda y contención a los familiares de les fallecides. Para elles no hay recuadro negro en las rrss o hashtag, ni una mención en los noticiarios y eso es RACISMO. Las vidas negras en este territorio importan.

Esperamos que la práctica antirracista no quede exclusivamente relegada al uso de un hashtag, como se vio en las manifestaciones en redes sociales, luego del asesinato de George Floyd. Esperamos que el feminismo que critica el racismo que ocurre fuera de este territorio, observe y reflexione continuamente sus conductas racistas y privilegios, para así consolidar lo que el cambio de fecha nos devela, la complicidad, y la existencia de feminismos contra el sistema opresor.

Consideramos que este hecho es histórico y necesario, pues se sustenta en el mensaje que venimos reiterando hace un tiempo: “el feminismo será antirracista o no será”.

Prensa

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