La iniciativa extraordinaria busca dejar exenta del pago del 19% del impuesto a los hogares que se encuentran en los quintiles de menos ingresos en el país mientras se mantenga la crisis sanitaria del coronavirus.
Llegar a fin de mes en estos tiempos es cada vez más difícil, sobre todo, para aquellas familias sin empleo o que no pueden salir a realizar sus labores como antes, debido a la situación sanitaria. Esto se acentúa en los hogares con ingresos informales donde el empleo por cuenta propia y el sustento diario ya sea por ventas o cobro por servicios era la principal fuente de dinero.
En este contexto es que el diputado de Renovación Nacional (RN), Cristóbal Urruticoechea, recientemente presentó un proyecto de ley para aliviar la carga financiera precisamente de las familias más pobres de nuestro país dejándolas exenta de pagar el IVA al momento de comprar los alimentos de una canasta básica. Este ahorro de 19% puede marcar la diferencia en millones de personas que recibirán un considerable descuento (casi una quinta parte de lo que gastaban) al momento de comprar en el supermercado o almacén.
Según consigna la iniciativa, en los hogares del 20% más pobre es donde más se trabaja por cuenta propia. 34% lo hace y hay otro 1,6% que se considera empleador. Ahí es donde menos asalariados hay: 65% está en esa categoría, y el empleo dura, en promedio, 6,5 años, uno menos que el promedio país. El ingreso autónomo per cápita en estos hogares es de $ 50.591, según datos de Libertad y Desarrollo (LyD), complementa el texto.
“Lo que queremos y le pedimos al Ejecutivo es eliminar el cobro del IVA en alimentos básicos para el quintil más vulnerable de la población durante la pandemia del COVID-19. Las maneras para efectuarlo en la práctica son varias, mostrando la Ficha de Protección Social junto al carnet de identidad, por ejemplo, lo que permita que se les descuente el IVA cada vez que paguen por un alimento básico. Se trata de acotar el beneficio únicamente a bienes de primera necesidad, alimentos esenciales para la subsistencia de una familia. Por ejemplo, alimentos no perecibles, harina de hornear, fideos, arroz, legumbres, aceites vegetales, atún, jurel, leche en polvo, alimentos enlatados, entre otros”, explicó el parlamentario de Chile Vamos.
Para Urruticoechea “es importante comprender que la reactivación económica del país pasa por contribuir con los bolsillos de las familias chilenas, especialmente, las más vulnerables y necesitadas, ayudándolas en estos momentos de crisis sanitaria, permitiendo que usen sus recursos en forma eficiente, y si es posible, sin pagar impuestos que solamente los empobrecen, como es el caso de este gravamen, que es considerado como regresivo y que ha sido duramente criticado por economistas y expertos tributarios, y calificado como una de las causas de la injusticia social en el país”.
El Impuesto al Valor Agregado (IVA) es un tributo que consiste en el recargo del 19% al monto del precio final determinado por el vendedor de un bien o servicio. El gravamen actúa en cadena, trasladándose desde el vendedor al comprador, quien descuenta el impuesto pagado y acreditado en las facturas de sus compras (Crédito Fiscal) y agrega el impuesto recolectado en las ventas (Débito Fiscal). El consumidor del bien o servicio es quien soporta por último el impuesto que se ha arrastrado en la cadena desde el productor hasta el consumidor final.
