Los marines estadounidenses que batallaban contra los talibanes en el sur de Afganistán tuvieron que solicitar apoyo de helicópteros de combate, suceso que marca el quinto día de la Operación Moshtarak.
Los soldados ahora han enfrentado fuego constante de ametralladoras de parte de los militantes escondidos en los bunkers, mientras intentan controlar el territorio de Marjah, refugio de los talibanes.
Unas 15 mil tropas están tomando parte de esta operación conjunta de las fuerzas de la OTAN y las afganas.
Al norte, las fuerzas británicas descubrieron un almacén de los insurgentes que contenía uniformes robados del ejército y la policía afgana.
Esto sugiere que los talibanes podrían haber planificado ataques disfrazados como personal de seguridad nacional.
Tanto los estadounidenses como los británicos han tenido que enfrentarse con una gran cantidad de bombas improvisadas.
Los norteamericanos hallaron explosivos organizados con el patrón conocido como daisy-chain, una larga bomba conectada a morteros, granadas y una motocicleta.
Mientras tanto, los ingenieros británicos han utilizado un artefacto llamado Pitón, una serie de explosivos diseñados para detonar las minas y crear un paso seguro entre ellas.
El jefe del ejército afgano dijo a los medios que la amenaza de estas improvisadas bombas, ralentizaba el logro de los objetivos.
La OTAN declaró que las conversaciones con la población local sobre cómo dar una seguridad duradera al sector son contínuas.