El fuerte sistema frontal que aqueja a esa zona generó sólo algunos inconvenientes, calificados de menores, según el director regional de la entidad, Gonzalo Arroyo.
Vientos de 63 kilómetros por hora y 64 milímetros de agua son parte del fuerte sistema frontal que afecta a la región del Biobío, desde la noche del pasado jueves.
Tacos, inundaciones y hasta trombas marinas han aparecido estos días, no obstante, los más complicados son los damnificados del terremoto, que viven en viviendas de emergencias y en campamentos.
Las autoridades locales manifestaron que las mediaguas han soportado bien este mal tiempo. En Chiguayante hubo algunas mediaguas con problemas de filtración y en el campamento El Morro de Talcahuano un árbol cayó sobre una de estas viviendas de emergencia.
El Departamento de Meteorología de Carriel Sur precisó que con las últimas precipitaciones se llega hasta los 158 milímetros, lo que significa un déficit de 60 por ciento comparado con un año normal, cuando caen 392.7 milímetros.
Durante la noche del domingo y madrugada del lunes, uno de los mayores problemas fue el viento que alcanzó ráfagas de hasta 63 kilómetros por hora, generando algunas voladuras de techo, aunque nada grave, según manifestó a diario El Sur el director regional de la Onemi, Gonzalo Arroyo.
El encargado afirmó que pese a las fuertes lluvias, hasta el momento se evalúa de manera positiva la jornada, ya que sólo unas diez mediaguas presentaron alguna filtración menor, dentro de las 22 mil que existen en la región.