Recientemente, el mandatario de los Estados Unidos, Barack Obama, anunció en una conferencia con veteranos de guerra, que retiraría gran parte de sus tropas que residen en Irak antes del 31 de agosto de este año.
Sin embargo, cerca de 50 mil soldados se quedarían en territorio iraquí como «asesores de cuerpos policiales y militares» de esta región del medio oriente.
Por su parte, Obama reiteró que «como candidato a presidente, me comprometí a poner fin a la guerra de Irak de una manera responsable. Poco después de tomar posesión de mi cargo anuncié nuestra nueva estrategia de transición hacia la total responsabilidad iraquí. Dejé en claro que para el 31 de agosto de 2010 acabarían las misiones de combate. Y esto es exactamente lo que estamos haciendo, como lo prometimos y en los plazos fijados».
En Irak, después de una serie de enfrentamientos entre grupos armados afines a la mayoría chiíta y a la minoría sunita (en el poder hasta la invasión hace siete años), ocurridos entre 2006 y 2009, los hechos de violencia han ido a la baja, pero las tensiones en el plano político continúan a causa de no poder llegar a un acuerdo en torno a la elección de un mandatario gubernamental.