Fue una jornada maratónica y cargada de emoción la vivida este domingo en la media luna de Rancagua, sede el enfrentamiento copero entre Chile y Austria, válido por la permanencia en el Grupo Mundial de la Copa Davis.
A primera hora, Paul Capdeville intentó rubricar su emocionante performance del día viernes y otorgarle el triunfo a Chile, pero a pesar de luchar hasta el cansancio, el triunfo perteneció a Jurgen Melzer en cinco disputados sets.
Un total de tres horas y 56 minutos duró la brega, con parciales de 7-6 (2), 4-6, 6-2, 5-7 y 6-4.
Con el resultado global de dos triunfos por lado, el quinto partido se convirtió en el definitorio, con un Nicolás Massú decidido a mantener al país en el Grupo Mundial de la Copa Davis, aunque enfrente tendría a un enconado rival en el talentoso zurdo, Stefan Koubek.
Todo partió bien par Massú, que en casi 69 minutos de juego se llevó el primer set por 6 a 4.
El segundo comenzó igual que el primero, muy trabado, pero con una pequeña ventana de luz para el “Vampiro”. Pero el austriaco no estaba para sorpresas y en una lucha incesante se quedó con el parcial, también por 6 a 4.
La tercera manga se convirtió en un festival de quiebres de servicios, con ambos jugadores sufriendo al momento de sacar, pero Massú logró obtener una pequeña ventaja y adjudicarse un set que terminaría siendo fundamental en el trámite del partido, nuevamente por 6-4.
El cuarto set fue el último episodio de una película que pareció eterna, con 5 horas y 10 minutos de sufrimiento angustiante. Un record para partidos de Copa Davis disputados por Chile, que se cerró a favor de nuestro país con un tie break no apto para cardiacos, ya que Massú desperdició 3 match points antes de cerrarlo por 7-6 (6).
Una nueva gesta heroica del gladiador de Atenas, que junto a Paul Capdeville luchó durante toda la serie y lograron mantener a Chile en el Grupo Mundial, para el próximo año intentar, quizás si por última vez en sus carreras, conquistar la Ensaladera de Plata. Es que tal como dijo Massú al finalizar su partido, “Nada es imposible”.