La moneda estadounidense volvió a bajar quedando en $488,8 comprador y $489,3 vendedor.
Esta nueva caída fue de $3,7 y se debe al desarme de operaciones de «carry trade», lo que contrarresta el alza que experimenta en los mercados externos.
En lo que va del año, el peso se ha apreciado más de un 30%, en un avance que ha sido más notorio en las últimas semanas, alimentando la especulación en el mercado sobre la posibilidad de una intervención cambiaria del Banco Central o del Gobierno.