El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon catalogó la nueva proposición, apoyada por EEUU, como un comienzo esencial.
No obstante, sentenció que el acuerdo, que incluyó a países como China y Brasil, debe ser hecho ley durante el próximo año.
Tras las extensas discusiones, los delegados aceptaron la propuesta, pero sin adoptarla formalmente.
El pacto no ganó con unanimidad, pues varios países en desarrollo lo criticaron molestos por la falta de objetivos específicos en torno a las emisiones de carbono.
El convenio incluye un plan de limitar la subida de la temperatura a no más de 2ºC y promete entregar US$30 billones en los próximos tres años para ayudar a los países en desarrollo.
Además, destaca la misión de proveer en 2020 de US$100 billones anuales para que los países más pobres puedan financiar sus problemas con el cambio climático.
Mientras tanto, la opinión pública y algunos de los países disidentes, calificaron la cumbre como un fracaso.