El epicentro se registró a 55 kilómetros de Lebu y minutos antes hubo otro menor en Temuco. La seguidilla de sismos provocó que habitantes de Tirúa arrancaran a los cerros por temor a un nuevo tsunami.
Parecía que se iba a repetir lo del 27 de febrero. A las 04:32 horas de la madrugada un sismo de 6, 5 grados en la escala Richter remeció a la región del Biobío, el cual tuvo una duración considerable, causando temor que en cualquier momento aumentaría su intensidad y se transformaría en terremoto.
El epicentro se situó a 55 kilómetros de Lebu, con una profundidad de 28 kilómetros. Según informó el Servicio Sismológico de los Estados Unidos (USGS).
La Oficina Nacional de Emergencia informó que en la Región de la Araucanía el sismo tuvo una magnitud de VI grados en la escala de Mercalli, mientras que en la Región del Maule la intensidad alcanzó los V grados en Parral, IV en Linares y II en Curicó. Y en la Región de los Ríos la magnitud fue de III grados.
Once minutos antes ya había ocurrido otro movimiento telúrico a 105 kilómetros de Temuco, con una intensidad de 5,3 grados en la escala de Richter.
Ante estos continuados temblores los habitantes de Tirúa, en la provincia de Arauco, arrancaron a los cerros por temor a que se produjera un nuevo tsunami en la zona.
Asimismo, la Onemi no reportó daños a personas, servicios básicos ni a infraestructuras de las localidades afectadas.
Por su parte, el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada también llamó a la calma, afirmando que este sismo «no reúne las características para generar un tsunami en las costas de Chile».