Las canciones de Pink Floyd probablemente desaparezcan de los servicios de música digital como iTunes, tras la decisión judicial a favor del grupo.
Su último contrato, firmado con EMI antes de que existieran las descargas legales, estipulaba que las canciones individuales de los grupos no podían ser vendidas sin su autorización.
Pink Floyd argumentó que el mismo principio debía aplicarse a las ventas digitales.
EMI postulaba lo contrario, pero el juez le encontró la razón a la banda inglesa. La decisión es parte de una larga batalla entre ambas partes, en torno a más de $15 millones de dólares de ganancias.
En todo caso, EMI dijo que aún no se daba la inminente orden para dejar de vender las canciones, así que se mantendrán en línea por un tiempo.
En la corte, se argumentó que el contrato tenía como fin «preservar la integridad artística de los álbumes».
Eso quiere decir que la empresa no está autorizada para explotar las grabaciones en línea o a través de cualquier otro medio más que el álbum físico original.
EMI ahora deberá pagarle a la banda unos $60 mil dólares.