En una entrevista televisiva, el ex líder del FPMR, Mauricio Hernández Norambuena, entregó detalles del asesinato de Jaime Guzmán, hecho ocurrido a principios de los años noventa.
La entrevista fue realizada en el penal de Catanduvas en Brasil, donde el alias «Comandante Ramiro» sostuvo que los ataques fueron planificados en febrero de 1990, fecha en que además se pretendía asesinar al ex ministro del Interior, Sergio Fernández, y al abogado Ambrosio Rodríguez.
En cuanto a la decisión de atentar contra la vida de Guzmán, la asamblea del movimiento fue unánime. «Las decisiones, no sólo del caso Guzmán, de las principales operaciones de esa campaña fueron decisiones de alcance colectivo. Se barajaron nombres, se intercambiaron, eran como siete u ocho que estaban escritos. Todos los que estaban ahí potencialmente podían ser ejecutados», declaró.
En cuanto a otros atentados a personeros del Gobierno Militar y al propio Pinochet en 1986, Hernández reconoció que la intención era crear sublevación popular.
Luego de estos acontecimientos, la organización comenzó a debilitarse, más aún con la muerte de su líder Raúl Pellegrín. Posteriormente, toma las riendas del FPMR Galvarino Apablaza, conviertiéndose en un movimiento de carácter casi militar.
El «Comandante Ramiro» explicó que luego de la muerte de Guzmán, la ayuda económica se interrumpió, razón por la cual secuestraron a Cristián Edward, hijo del magnante dueño del Mercurio, Agustín Edward.
Actualmente, Hernández es el único de los involucrados en el asesinato del parlamentario que se encuentra preso, debido a la fuga en helicóptero de cuatro rodriguistas desde la Cárcel de Alta Seguridad ocurrido a finales de 1996.
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