Tras perder el duelo ante Unión Española por 2 a 1, el ambiente en el camarín de Universidad Católica era tenso, ante la presión de los hinchas solicitando la salida del técnico.
Al concluir el partido, la barra cruzada le pedía al controversial DT Marco Antonio Figueroa que abandonara la banca, mientras el entrenador mismo le hacía gestos de despedida a la insatisfecha hinchada.
En la conferencia de prensa tras el encuentro en el Santa Laura, el «Fantasma» habló inmediatamente de la situación, diciendo: «no me voy a ir porque me griten un par de tarados, pero tampoco voy a quedarme en el club si no me quieren».
Figueroa dijo que los únicos que pueden sacarlo de la banca de ser requerido, son los dirigentes del club, el cual ha perdido los últimos tres partidos del torneo, ante Cobresal, O’Higgins y ahora Unión Española.
«Los cobardes renuncian, los hombres trabajamos. La palabra ahora la tienen los dirigentes; si ellos creen que no estoy haciendo un buen trabajo, me retiro sin cobrar un peso» sentenció el DT.