El ejército portugués ha enviado equipos de rescate a la isla de Madeira donde al menos 38 personas han muerto en las intensas precipitaciones.
Toneladas de lodo y piedras cayeron por las laderas de la isla, inundando las calles de la capital regional, Funchal, y otros pueblos.
Los oficiales temen que el número de fallecidos aumente, ya que el acceso a agua potable, electricidad y teléfonos se ha cortado en algunos sectores.
El Primer Ministro José Sócrates, que se encuentra en la isla, dijo que se haría «todo lo posible para ayudar».
Un navío de la armada portuguesa, con un helicóptero y equipos médicos, va camino a Madeira que se ubica a 900 km de la costa.
Oficiales dijeron que los equipos extra que se están enviando incluyen a 56 rescatistas del ejército con perros y a 36 bomberos.
El ministro del Interior Rui Pereira, quien también se encuentra en Madeira, dijo que los forenses realizarán las autopsias para permitir que se puedan efectuar luego los funerales de las víctimas.
Añadió que «estamos estudiando la posibilidad de declarar un estado de emergencia y después pedir ayuda a la Unión Europea».
Funchal fue una de las áreas más afectadas en las inundaciones y derrumbes del sábado.