Un hallazgo de proporciones fue realizado por la policía norteamericana, luego de descubrir un túnel clandestino que intentaba conectar a México con Estados Unidos.
De acuerdo a la versión de fuentes oficiales, el forado subterráneo nacía en la ciudad mexicana de Tijuana y tenía una profundidad de poco más de tres metros.
La extensión del conducto era de 60 metros de largo y poseía 1,8 metros de altura.
El acceso al túnel estaba cubierto por una sábana y fue encontrado dentro de una bodega abandonada. Asimismo, personal autorizado encontró herramientas para excavación y bombillas.
La frontera entre EE.UU y México posee más de 3200 kilómetros de extensión y es común encontrar este tipo de caminos conectores que son, en su mayoría, realizados por carteles de drogas que intentan traspasar a través de la frontera sustancias ilícitas.