Según medios chinos, las autoridades investigaron durante un año a una empresa productora de leche en Shangai, que cerró la semana pasada por repartir productos en mal estado.
Al parecer, se encontró contaminación en la leche de la compañía Panda Dairy desde diciembre de 2008, abriendo una investigación en febrero pasado.
Pero fue recién el jueves pasado que el departamento de seguridad en alimentos anunció que la empresa estaba siendo clausurada y tres de sus ejecutivos arrestados por vender leche en polvo y condensada en mal estado.
La leche estaría «manchada» con el residuo industrial químico melamina, que puede causar cálculos y fallas renales.
La demora en anunciarle al público sobre el caso cuestiona la efectividad del gobierno chino en regular la industria de los alimentos, a pesar de varios «sustos» en los últimos años que expusieron graves fallas en torno al control de calidad.
China había promulgado una ley de seguridad alimenticia el año pasado que prometía advertir al público apenas se supiera de posibles productos nocivos para la salud.
Al menos seis bebés murieron en 2008 tras beber leche contaminada y más de 300 mil se enfermaron en una de las peores crisis de seguridad alimenticia del país.
En ese momento se supo de la constante práctica de agregar melamina, utilizada normalmente para plásticos y fertilizante, para hacer rendir la leche y aumentar las ganancias, al mismo tiempo que se engaña a los inspectores que la testean por proteínas.