En una verdadera mina de oro se están transformando los catálogos musicales, los cuales son vistos por los fondos de pensiones, bancos y empresas de capital de riesgo como una alternativa a las típicas inversiones en los rubros inmobiliarios.
El ejemplo de Michael Jackson y su propiedad en el catalogo de los Beatles abrió los ojos de las empresas inversoras que vieron cómo la música podía resultar ser tan rentable como una propiedad en una isla paradisiaca.
Los especialistas aseguran que un catálogo musical es una inversión conservadora que se encuentra protegida ante la piratería y la caída en los precios de los discos compactos, puesto que sus ingresos son mucho más diversos.
De acuerdo a estudios realizados, el margen de utilidad puede fluctuar entre el 7% y 20% al año, aumentando drásticamente las ganancias ante situaciones imprevistas como el reciente fallecimiento del rey del pop, hecho que disparo la venta de su música.