Por Marcel Socías Montofré, a veces sólo acuario en Ventanidades…
¿Cómo decirlo?
Es algo así como el sabor del viento,
un arrebato de plumas y ambrosías,
embriagarse de tus senderos tibios,
beberte como un cáliz de nubes
y sentir el pulso encendido
como una tarde desnuda.
Más bien una caricia entre el rocío y la luna,
el destello azul de un fragmento de cristal.
Algo así como la arena suave
y el fulgor de las olas mojando aromas y soles
cada vez que me aproximo a tus labios
y despiertan estas sensaciones en tu beso.
¿Cómo explicarlo?
Es un viaje en primera clase
desde tus manos hacia la vía láctea,
un cometa volando por el universo de tus dedos,
repartiendo llamas de polen en todo lo que tocas,
como si fueras el aro de Giges
donde desaparecen las sombras
y los días recuperan su transparencia por el cortorno de tu cuello,
en el torbellino de tus mejillas,
en la dulce certeza de saber
que mirarte a los ojos es como saltar
de un sueño al cielo…